Consultor Gerencia y Liderazgo
El Discurso no Importa: lo que importa es el poder
Una cantidad de pre candidatos en las diferentes comparsas políticas del carnaval político dominicano intenta ser votados como la comparsa del año 2019 y con ello poder participar ya como candidato en el carnaval del 2020.¿Pero comparsa, carnaval?, si definitivamente una comparsa. Un show político en la gran mayoría de los comparsantes. Todos ellos saben que no tienen chance para lograr la presidencia de la república. Desde que dos más dos son 8 eso ya no es posible, debido fundamentalmente a la cultura política del país y al gran deterioro moral de nuestra sociedad, que no requiere de un discurso político creíble para inclinar su voto para favorecer algún candidato.
Un discurso político normalmente sugiere, un pensar y una promesa de accionar en dirección a los latidos de un pueblo esperanzado en un futuro mejor. Y los comparsantes aun conociendo los latidos, no tienen calidad moral para tocar los temas cruciales que mantienen en vilo y cuidados intensivos al cuerpo ético de nuestra sociedad y su calidad de vida.
Cuando algún comparsante se atreve a tocar algún elemento que intente subrayar aspectos morales y éticos, toma el carril de afuera y siempre va por la tangente. Dejando claramente entrever que más que un discurso es un decir, una retorica, un intento discursivo, pero que encierra falacias y contrasentidos. La calidad moral no existe en la mayoría de los comparsantes, ya que el discurrir colectivo de sus vidas se ven manchados por pintas de fango salvo muy raras excepciones.
No se trata de utilizar un lenguaje directo o duro, o utilizar la vehemencia teatral para inducir solemnidad en palabras que provienen seres eminentemente plagados de conductas cuestionables en su discurrir ético. Se trata de la imposibilidad de pasar por encima a aquella frase ya conocida por muchos: por sus frutos los conoceréis.
¿Que han hecho la mayoría de ellos cuando siendo aliados han logrado ministrar en alguna entidad pública? Dicen las malas lenguas que apenas se salvaron los equipos sanitarios, pues hasta los utensilios manuales desaparecieron. ¿Y cuáles han sido sus aportes a la sociedad? La falta de credibilidad les acompaña a la gran mayoría, por lo que este show de pretender la primera magistratura desconociendo la existencia de un país que no les confía de corazón, no es más que un subterfugio conocido, para seguir chupando de la teta del estado. Manteniendo la personería jurídica para no desaparecer como comparsa en algunos casos. O tratando de recibir su tajada del erario, ya que ahora por ley cada comparsante recibirá lo suyo para hacer campaña.
Hemos instituido el uso del erario para fines políticos. Creyendo con esto democratizar el carnaval dominicano. Y para aminorar los efectos ya conocidos de que el artitaje gobernante de turno, usa y abusa de los recursos del Estado, mientras los demás artistas asociados, conciben lo lógico, una competencia desleal.
Aun así, se tienen más oportunidades para comprar conciencias y con esto maximizar las votaciones estando más cerca del manejo del presupuesto nacional y de la caja 2. Por eso, la dificultad y la doble moral que se tiene, o el olvido ex profeso, de combatir el uso de dinero sucio en las campañas políticas, aunque se maximizan los casos donde se vislumbran capos conocidos dando apoyo a un comparsante especifico.
Comparsa porque es un show. Comparsa porque no les interesa a la gran mayoría mejorar la calidad de vida de los dominicanos. Comparsa porque en el fondo su único interés y propósito, es ser quien tiene los hilos del carnaval, para como siempre, alzarse con el santo y la limosna.
Pensar en un accionar ético y moral dentro de la política dominicana es un gran reto. Nuestros jóvenes inundados de los excelentes ejemplos de los policapos carnavalescos dominicanos, no tienen horizonte y mucho menos ejemplos plausibles dignos de imitar. Aunque se necesita su voto milenial, pues su voto cuenta. Sin embargo, poder profundizar con su gran mayoría en el análisis crítico de los grandes temas nacionales, es en principio un interesante entretenimiento muy parecido a una neo comparsa. Aunque sus actores preferirán bares y juca y algún pasesito de alguno polvo blanquecino para no perder la costumbre.
Rescatar la nación de esta dirección que profundiza su miseria espiritual y moral. Es un gran reto. Lograrlo sería la gran meta para un gran pacto político nacional. Pero para ello se necesitan nuevos paradigmas y nuevos actores políticos. Con los ahora actuantes, no será posible realizar cambios verdaderos que traigan al país progreso, armonía y justicia social. Por lo que en cualquier caso, tendremos otro carnaval y más de lo mismo.
¿Que es un pensamiento no positivo? Por supuesto que lo es. La naturaleza no hace saltos y la fiera sigue sus instintos. El instinto predador del político dominicano está intacto. No importa el acontecer. No importa las malas experiencias. Queremos llegar para hacer lo mismo. Depredar el erario, destruir los cimientos y los valores éticos limitantes e hipotecar aun más la soberanía nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario