
Tuve una educación sexual bastante mediocre. En la escuela que estudié, católica, por cierto, en las clases de Educación Sexual estaba mal visto hacer cualquier tipo de preguntas sobre sexo. Recuerdo que ante las decenas de dudas que estaban en mi puberta cabeza, la pena lograba que no abriera mi boca y que me montara en el auto de mis padres a la hora de la salida con las mismas o más dudas de las que llegué en la mañanita a clases. Mostrar alguna duda, era sinónimo de burla por parte de cualquier persona de mi salón, y lo mejor era no preguntar y quedarnos todos con la duda.
Una de esas semanas de largas clases, empezó a rodar el rumor por cada pupitre de mi salón que un amigo había perdido la virginidad con una chava mayor que él. Todo un suceso para esa época. Este amigo, nos contó que no usó condón "porque la primera vez puedes hacerlo sin condón y no hay riesgo de embarazo". Todos nos comimos esa falacia y repetíamos esa información como fake news de algún tuit electoral. Y algo así fue toda mi educación sexual hasta que llegó a mí el invento más importante para la raza humana después del fuego: el internet. Mis padres jamás me proporcionaron educación sexual, ese tipo de conversaciones no sucedían en mi casa y lo más cercano a eso era un "usa protección". Más nada.
Internet ayudó más que mis padres y mi escuela, como siempre, y hoy en día tengo la información que tengo gracias al mundillo online. El mito más loco acerca del sexo con o sin protección que me creí fue el "si te pones doble condón estás más protegido". [Seguir leyendo aquí...]
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