

Voraces, las llamas se propagaron por todo el apartamento en pocos minutos. La puerta de entrada estaba completamente cubierta, así que no podían salir.
La única preocupación de Lance Ragland era proteger a su hija. Por eso la llevó hasta el balcón y trató de cubrirla lo más que pudo. Cuando llegaron los bomberos, ya estaba herido con quemaduras de segundo grado. [Amplié la información...]
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