
El Luis Severino que hoy exhibe un brazo sagrado con los Yankees y que este año concluyó tercero en la carrera por el premio Cy Young en la Americana, primero, en su niñez tuvo que sacrificarse fuertemente junto a su padre en el trabajo agrícola y en la pesca para poder levantar a la familia en su empobrecida Sabana de la Mar.
Mucho antes de poseer la poderosa recta que presenta en la actualidad y un pitcheo en cambio tan mortífero que “desnuda” a quienes enfrenta, la siembra y el corte de arroz, de plátanos, yuca, cacao, café, ñame formaban su diario vivir buscando garantizarle cada día a los Severino- Peña las famosas “tres calientes” en su pobre hogar en el sector las Cañitas del municipio ubicado a 44 kilómetros de la Provincia Hato Mayor del Rey. (Más información...)
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